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El instrumento
básico de la psicomotricidad infantil es el propio cuerpo. A partir de lograr
el conocimiento y la concientización del cuerpo, se consigue la incorporación
de los diversos elementos necesarios para alcanzar el aprendizaje. Existe una
estrecha relación entre psicomotricidad infantil y el aprendizaje escolar. Así,
en el caso de la escritura, para poder cumplimentarla, el niño debe poseer un
normal desarrollo de la motricidad fina, especialmente a nivel manos-dedos y
una regulación tónico-postural correcta.
MOTRICIDAD
FINA
Son los
movimientos de la mano y su coordinación sensorio-motriz. Recién hacia los
cuatro meses y medio el niño es capaz de realizar una prensión dirigida
visualmente. Antes de esto el niño no es capaz de tomar las cosas más que de
una forma: no diferenciando perceptivamente unos objetos de otros. Los
movimientos de la mano y el control de los dedos se desarrollan progresivamente: Hasta las 16 semanas (4 meses) no hay
contacto de la mano con el objeto, entre la semana 16 y 20 (4 y 5 meses) se
produce dicho contacto. A partir de la semana número 20, comienza a tomar el
objeto con toda la mano y al llegar a la semana 28 (7 meses) puede ya apretar
el objeto y realizar el empalme inferior a la semana 32 (8 meses) ya tiene la
mano del niño la capacidad para realizar el empalme superior. A las 36 semanas
(9 meses) puede usar la parte inferior del índice para tomar un objeto. A las
52 semanas (13 meses) ya tiene la capacidad para utilizar todo el dedo índice y
el pulgar como pinza. Entre los niños de una misma cultura hay numerosas
variaciones individuales, con progresos rápidos o más lentos. Si un sujeto
progresa muy lentamente respecto a las pautas normales puede ser una fuente de
preocupación, pero para ello tiene que alcanzar retrasos considerables porque
las diferencias entre los individuos son en algunos casos muy notables sin que
tengan nada de patológico. Ya que mucho depende del medio en el cual viva el
niño y de que manera se lo estimule, los factores más determinantes de este
desarrollo son la nutrición, el entrenamiento, el estimular al niño para que
realice esas actividades y las oportunidades para moverse libremente.
MOTRICIDAD GRUESA
Un equilibrio
correcto es la base fundamental de toda acción diferenciada de los miembros
superiores y de toda coordinación dinámica general. La educación psicomotriz al
mejorar el comportamiento del niño favorece el establecimiento de una postura
equilibrada, sin dejar de lado la educación del esquema de actitud y de las
posiciones habituales, sentado y de pie. Para que exista una actitud
equilibrada y armónica debe haber concienciación y control del propio cuerpo, coordinación
y desarrollo de la motricidad gruesa.
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