La delfinoterapia y sus beneficios
Recientemente en mis lecturas investigativas sobre las discapacidades y sus tratamientos, el desarrollo de la tecnología y los aportes de la ciencia, me interesé por la delfinoterapia, pensando en lo que beneficiaría a uno de mis pacientes con trastorno generalizado del desarrollo, a la vez pensando que en Venezuela no existía ese tipo de tratamiento. Como sé que en nuestra hermosa Isla de Margarita existe un acuario de contacto con delfines, sugerí a sus padres que en su reciente viaje de vacaciones lo investigaran, muy sorprendida quedé al ver que su respuesta fue afirmativa y es por eso que hoy quiero hablarles de las bondades de estos nobles animales y sus poderes curativos en muchos tipos de enfermedades.
Es una técnica que consiste en la interacción del
ser humano con delfines (normalmente de la especie nariz de botella), donde
interviene además un terapeuta; a través de la cual se intenta mejorar la
calidad de vida tanto de niños como adultos que padecen serios problemas de
salud, sobre todo enfermedades crónicas y de carácter psicológico.
El estadounidense John Lilly conocedor de la anatomía y sistema neurológico de
estos cetáceos, comenzó a trabajar con infantes que presentaban algún problema
neuronal, los hizo jugar con los mamíferos acuáticos y luego registró los
cambios que ocurrían en ellos por medio de un electroencefalograma. También
hizo múltiples anotaciones sobre las mejorías observadas en el lenguaje, estado
de ánimo y movimiento. A partir de esas pequeñas investigaciones se han
hecho otras en Estados Unidos como las del científico David Cole, quien ha
formulado la hipótesis cavitacional, la cual atribuye al sonido del delfín
frecuencias ultrasónicas que estimulan al sistema nervioso central del
paciente, lo que induce la liberación de hormonas ligadas a la relajación y
mitigación del dolor.
Entre los beneficios de la delfinoterapia encontramos:
Los delfines emiten unas ondas ultrasónicas de alta frecuencia y amplitud diversa, muchas veces imperceptibles para el oído humano pero que pueden sentirse en el agua y que propician la activación de aquellas neuronas dormidas y la propagación del impulso o señal nerviosa que se transmite de una a otra, así se facilita el trabajo coordinado de los dos hemisferios del cerebro.
Los
cambios neurológicos y neuroquímicos que se generan se traducen en
diversos beneficios físicos, emocionales e intelectuales tales como
mejoras en el sistema inmunológico, mejoras en la coordinación motora, en
el estado de ánimo, el contacto social, y en el lenguaje.
Alivia
trastornos nerviosos, sobre todo en niños.
Es
efectivo como tratamiento adicional en niños con déficit de atención e hiperactividad.
Ofrece
resultados muy positivos en niños con síndrome de Down: A través de la
terapia los niños aprenden de 2 a 10 veces más rápido que aquellos que no
llevan la terapia y que en un 50% de los casos, podían retener tales
lecciones incluso un año después de la terapia.
En
los niños con autismo ayuda a mejorar su capacidad para prestar
atención y por lo tanto optimiza los procesos de enseñanza.
Colabora
en el tratamiento de personas con epilepsia.
También se utiliza para tratar la depresión, ansiedad y
estrés.
El
contacto con los delfines reduce el dolor y provoca que el sistema
inmunológico se fortalezca, por ello se utiliza para las personas con
enfermedades crónicas y terminales como el cáncer.
También
se aplica en adultos en proceso de desintoxicación de drogas, anorexia y bulimia.
Proporciona
mejoras en adultos con secuelas de infarto cerebral (muerte de tejido
neuronal por falta de suministro de sangre) y traumatismo craneoencefálico
(golpes por accidentes).
Ofrece beneficios a mujeres embarazadas: reduce
molestias generadas por su condición y durante el parto, además de que estimula
al sistema nervioso del bebé.
Mas allá de la hermosura y docilidad que transmiten los delfines, su inteligencia es única. Son ellos los protagonistas de una alternativa para mejorar la salud y por ende la vida de miles de personas que participan a la Delfinoterapia.
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